Gestión emocional: Conoce tu Miedo
Las emociones nos mueven, nos guían y nos conmueven. No podemos elegir la emoción que sentiremos en media hora: pero sí que podemos decidir qué hacer con ella. Y hoy queremos hablarte del miedo, para que tu puedas decidir.
El miedo es una emoción que nos acompaña desde hace millones de años. Es una emoción orientada a la supervivencia, que nos permite protegernos de amenazas que ponen en peligro nuestra integridad física, psicológica y emocional.
¿En qué puede ayudarte sentir miedo? Su función principal tiene que ver con ayudarnos a gestionar los peligros internos y externos que puedan aparecer. En general, el miedo es una respuesta a un estimulo específico que disminuye una vez hemos escapado del peligro.
¿Cómo puedo gestionar el miedo?
La gestión emocional pasa por darnos cuenta de lo que estamos sintiendo, se trata de identificar qué me pasa por dentro, qué me emociona.
Las emociones se traducen a nivel corporal, (implican un movimiento de energía y de sensaciones), se reflejan en la forma en la que pensamos y actuamos. Así que para conocer nuestras emociones es imprescindible, prestarles atención.
Si le prestamos atención al miedo, suele producir una energía de encogimiento, que nos lleva a mirar hacia dentro. Nos permite tener un espacio íntimo para poder analizar, gestionar y actuar con prudencia ante los peligros a los que nos enfrentamos.
Si te apetece prestarle atención al miedo y conocerlo un poquito más, sigue leyendo.
CONOCE TU MIEDO
Para conocer un poquito mejor tu miedo, te proponemos un pequeño experimento, observa i pregúntate:
Cuando tengo miedo:
¿Dónde lo noto en mi cuerpo?
¿Cómo pienso?
¿Cómo actúo?
En general, el miedo despierta en nosotros sensaciones de inseguridad, de estar perdidos, desorientados, desprotegidos, descontrolados. Puede traducirse en el cuerpo de muchas formas, normalmente se manifiesta en forma de tensión corporal (tensión en la mandíbula, temblores, aceleración del ritmo cardiaco, sensaciones en el estómago, etc.). ¿Cómo lo notas en tu cuerpo?
A nivel de pensamiento, solemos focalizarnos prestando atención a todos los peligros que percibimos, para evaluar si realmente es peligroso o no. Así, nuestra mente puede dar lugar a pensamientos obsesivos, intrusivos, duda ante una situación que nos tiene atrapados, etc. ¿Cómo lo notas tú, a nivel de pensamiento?
A nivel de conducta, se ponen en marcha 3 mecanismos (igual de adaptativos todos): escapar, luchar o permanecer inmóviles. ¿Cómo actúas tu? ¿Observas alguna tendencia?
¿Qué activa tu miedo?
Para poder identificar qué ha activado la emoción del miedo (estímulo) te invitamos a observar:
¿Se trata de un estímulo real o imaginario?
Los estímulos reales se relacionan con un estímulo amenazante para nuestra seguridad física, psicológica o emocional. Por ejemplo: la presencia de un león o una serpiente, el miedo caer cuando de un lugar alto y poco seguro, cuando existe la posibilidad de caer al vacío.
Los estímulos imaginarios tienen su origen en un pensamiento. Por ejemplo: el miedo a hablar en público puede originarse a partir de un pensamiento "se van a burlar de mi".
Ahora ya tienes una pista para poder identificar tus miedos ;)
Existen muchos tipos de miedo: miedo a la incertidumbre, miedo a los cambios, miedo al compromiso, miedo al fracaso, miedo a cometer errores, miedo a la soledad, miedo a la separación, miedo a la muerte, miedo a las enfermedades, etc.
Cuando sientes miedo… ¿qué te dices a ti mismo?
Es importante vigilar y evaluar lo que nos decimos a nosotros mismos cuando sentimos miedo (o cualquier otra emoción). Aunque a veces pensemos que lo que nos decimos a nosotros mismos cae en un saco roto, la realidad es que ese saco, se va llenando y tiene una influencia directa en cómo nos sentimos.
Es distinto decirme “tengo miedo y (me digo) soy incapaz”, a decirme “tengo miedo y (me digo) confio en mi" (un mensaje que me ayude a tranquilizarme).
Fíjate: Con lo que te dices…. ¿intensifica tu miedo o le baja el volumen?
¿Qué necesitas cuando sientes miedo?
Recuerda que cuando sentimos miedo es porque hemos percibido una amenaza, nos sentimos en peligro. ¿Qué crees que necesitas cuando te sientes en peligro? Si, puede que estés pensando en… escapar directamente de la situación! Claro que si! Pero antes de elegir cómo vas a actuar...
¿Qué necesidad crees que hay debajo?
Puede que en ese momento… necesites confiar en ti, sentirte protegido, sentirte capaz, sentirte cuidado…
Qué puedes hacer tú, ¿para protegerte? ¿Qué palabras puedes transmitirte?
Si te apetece, vamos un paso más allá...
Sé que da miedo imaginarlo... pero recuerda que estamos conociendo tu miedo para que tu puedas elegir qué hacer con él. Vamos a observar si quieres quedarte con éste miedo porque te ayuda o no.
Ve hasta el final de tu miedo: ¿Qué pasaría si…?
A menudo nos quedamos en el "tengo miedo a...." y nos asusta la posibilidad de que suceda aquello que tememos.
Si te apetece dar un paso más, te proponemos que te preguntes: ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué pasaría si esto que me da miedo sucede?, y entonces, ¿qué?... y ¿qué?
Ahí va un ejemplo: tengo miedo a no ser buena en éste trabajo.
¿Qué es lo peor que podría pasar si no fueras lo suficientemente buena para éste trabajo?
Me despedirían.
¿Y qué pasaría si te despidieran?
Me sentiría fatal, no podría pagar la hipoteca.
¿Y qué pasaría si no pudieras pagar la hipoteca?
Tendría que irme a casa de mis padres.
¿Y qué pasaría si tuvieras que irte a casa de tus padres?
Perdería mi independencia.
¿Y qué?
Me sentiría fracasada. Tendría que buscar otro trabajo.
¿Y qué?
Buscaría otro trabajo y supongo que lo encontraría.
Fíjate cuántas implicaciones tiene su miedo, ¿verdad?
¿Te animas a ir hasta el final de tu miedo?
Ahora que ya conoces un poco más tu miedo, tienes más herramientas para decidir qué harás cuando aparezca.
Tener miedo NO es un problema.
Todos somos humanos, todos sentimos miedo.
Es lo que hacemos cuando tenemos miedo lo que puede convertirlo en un problema.
Por muchas herramientas que tengamos para afrontar las dificultades que se nos presentan a lo largo de nuestra vida, todos en muchos momentos nos sentimos pequeños. Por muy preparados que estemos, ante la incertidumbre y las amenazas, sentimos miedo. Y eso es completamente normal, (bastante desagradable) y humano!
¿Te imaginas que no tuviéramos miedo? ¡seríamos cómo robots! Y muy probablemente nos pondriamos en peligro constantemente. Si nuestros antepasados no hubieran tenido miedo… tu y yo, probablemente no estaríamos aquí.
¿Y si le damos las gracias?
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Un abrazoo! ;)