top of page

Gestión emocional: Conoce tu Rabia


Las emociones nos mueven, nos guían y nos conmueven. No podemos elegir la emoción que sentiremos en media hora: pero sí que podemos decidir qué hacer con ella. Y hoy queremos hablarte de la rabia, ésa emoción que a priori, tiene mala publicidad.


La rabia es una emoción que nos acompaña desde hace millones de años. Está orientada a la supervivencia y nos permite luchar contra las amenazas que ponen en peligro nuestra integridad física, psicológica y emocional. A mí siempre me gusta explicar que la rabia es la emoción que nos conecta con nuestro poder personal. Sin ella, no podríamos poner límites, decir que no, defendernos... en definitiva, cuidarnos.



¿En qué puede ayudarte sentir rabia?


Su función adaptativa principal tiene que ver con ayudarnos a marcar límites a nosotros mismos y a los demás, a movilizar nuestra energía hacia la autodefensa. Es decir, nos ayuda a defendernos y cuidarnos.


En general, la rabia suele aparecer cuando alguien hace o dice algo que nos molesta. En muchas ocasiones, suele confundirse la rabia (emoción) con la agresividad (conducta), pero no siempre van de la mano. La agresividad, suele aparecer cuando no gestionamos la rabia y exteriorizamos esa emoción contra esa persona, de forma impulsiva y sin control sobre nuestras palabras y nuestros actos.


  • ¿Cómo puedo gestionar la rabia?

La gestión emocional pasa por darnos cuenta de lo que estamos sintiendo, se trata de identificar qué me pasa por dentro, qué me emociona. Para luego poder gestionar que hacer con ello.


Las emociones se traducen a nivel corporal, (implican un movimiento de energía y de sensaciones), se reflejan en la forma en la que pensamos y actuamos. Así que para conocer nuestras emociones es imprescindible, prestarles atención.


Si le prestamos atención a la rabia, suele producir una energía de expansión, que nos lleva a movilizar nuestra energía para mostrar lejanía, distancia o rechazo. Con mucha rapidez, nos permite defendernos cuando nuestros derechos personales se están vulnerando.


Si te apetece prestarle atención a la rabia y conocerla un poquito más, sigue leyendo.


 

CONOCE TU RABIA

Para conocer un poquito mejor tu rabia, te proponemos un pequeño experimento, observa y pregúntate:

  • Cuando siento rabia:

  • ​¿Dónde lo noto en mi cuerpo?

  • ¿Cómo pienso?

  • ¿Cómo actúo?


En general, la rabia despierta en nosotros sensaciones de energía o impulsividad. Puede traducirse en el cuerpo de muchas formas, normalmente se manifiesta en forma de activación corporal (tensión en la mandíbula, aceleración del ritmo cardíaco, sensaciones en el estómago, etc), como si tuviéramos una explosión interna, un excedente de energía que necesitamos canalizar. ¿Cómo lo notas en tu cuerpo?


A nivel de pensamiento, suele ir acompañada de la sensación de poco control, obnubilación, incapacidad o dificultad para la ejecución eficaz de procesos cognitivos. Solemos focalizarnos prestando atención a lo que nos ha molestado o lo que nos ha parecido injusto, para dirigirnos a la acción. Puede ir dirigida hacia otras personas o hacia uno mismo. ¿Cómo lo notas tú, a nivel de pensamiento?


A nivel de conducta, suele ir acompañada de una necesidad subjetiva de actuar física o verbalmente, de forma intensa e inmediata, para solucionar de forma activa la situación. Incrementa nuestra energía para pasar a la acción. ¿Cómo actúas tú? ¿Observas alguna tendencia?


  • ¿Qué activa tu rabia?


Para poder identificar qué ha activado la emoción de la rabia (estímulo) te invitamos a indagar:

  • ¿Se trata de una situación que valoras como injusta o que atenta contra los valores morales o la libertad personal?

  • ¿Has sentido que algún derecho personal no se estaba respetando?

  • ¿Se ha traspasado algún límite que tiene que ver con tus derechos personales?

La rabia es una emoción que se desencadena ante situaciones que son valoradas como injustas o que atentan contra nuestros derechos personales. Si quieres conocerlos, hablamos de ellos en éste artículo del blog.


Ahora ya tienes una pista para poder identificar tu rabia ;)


  • Cuando sientes rabia… ¿qué te dices a ti mismo?

Es importante vigilar y evaluar lo que nos decimos a nosotros mismos cuando sentimos rabia (o cualquier otra emoción). Aunque a veces pensemos que lo que nos decimos a nosotros mismos cae en un saco roto, la realidad es que ese saco, se va llenando y tiene una influencia directa en cómo nos sentimos.


Es distinto decirme “estoy enfadadx y (me digo) no debería estarlo”, a decirme “estoy enfadadx y (me digo) necesito mi espacio" (un mensaje que me ayude a tranquilizarme).


Fíjate: Con lo que te dices…. ¿intensifica tu rabia o le baja el volumen?


  • Diferenciar lo que siento y lo que hago con lo que siento

¿Quién en algún momento no ha levantado la voz sin razón? ¿Quién no ha callado cuando tenía algo que decir?


Es importante diferenciar entre lo que sentimos y lo que hacemos con lo que sentimos. A menudo, se confunde la rabia (emoción) con la agresividad (conducta), pero no siempre van de la mano. Ante lo que nos enfada, podemos reaccionar de forma agresiva (por ejemplo: explotando), pasiva (no decir lo que nos ha sentado mal) o asertiva (comunicando lo que nos ha enfadado respetando al otro) .


La agresividad, suele aparecer cuando no gestionamos la rabia y exteriorizamos esa emoción de forma impulsiva, sin control sobre nuestras palabras o nuestros actos. Cuando nos enfadamos sentimos como nuestro cuerpo se prepara para atacar. Esta energía hace que en alguna ocasión perdamos el control y respondamos de forma poco respetuosa con los demás.


En cambio, en otras ocasiones no nos dejamos llevar por la emoción y somos capaces de controlarla hasta el punto de no decir nada (actuando de forma pasiva) y rumiando mentalmente sobre el acontecimiento. Este control, puede llevarnos a responder de forma poco respetuosa con nosotros mismos.


Reaccionar de forma agresiva o pasiva, puede generarnos malestar y suele añadir dificultades en nuestra relación con los demás.


Lo ideal, es aprender a expresar nuestras emociones de forma asertiva. Respetando nuestros derechos y los de los demás, para cultivar relaciones que nos generen bienestar personal.


Sabemos que encontrar el equilibrio cuando gestionamos las emociones es complejo. Como apuntaba Aristóteles: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.

 

Ahora que ya conoces un poco más tu rabia, tienes más herramientas para decidir qué harás cuando aparezca.


La rabia como emoción nos conecta con nuestro poder personal y tenemos derecho a expresar lo que sentimos, pero siempre desde el respeto hacia nosotros mismxs y hacia los demás.

 

Si te ha gustado éste artículo, no dudes en compartirlo con quien tu quieras :)

Si te has sentido identificad@ en algún momento y quieres que te acompañemos en éste precioso camino hacia el autoconocimiento, cuenta con nosotros.

Un abrazoo! ;)


Posts Recents
Arxiu
bottom of page