Pedir ayuda
“Y llega un momento en que me siento aturdida, agotada, perdida. Cada vez que imagino tener la solución o la respuesta, se me cambian las preguntas. Y todo patas arriba.
Y yo ahí, sintiéndome insignificante, sola contra el mundo. Eso sí, con una sonrisa.
Luchando.
Sintiendo que he intentado todo pero en el fondo...sigo estando mal.
Me invade el miedo.
Una vocecilla susurra... no estás sola. Puedes pedir ayuda.
¿Y si pido ayuda profesional?
Pero... ¿cómo me va a ayudar?
Lo cierto es que no lo sé. Pero decido que no quiero andar sola. Creo que voy a sentirme fracasada si pido ayuda. Aún así busco a alguien que me pueda acompañar en mi camino. Y puede que sea una experiencia agradable, o tremendamente incómoda.
Ahí estoy yo. Sintiéndome pequeñita y valiente a partes iguales.
Soy humana. Necesito ayuda. Y la pido. Aunque me invadan esas ganas de retroceder y volver a intentarlo de nuevo, sola.”
Hace unos 5 años de ello. Y volviéndolo a leer, me apetecía compartirlo contigo. No sé en que momento creí que pedir ayuda me convertiría en una persona débil, incapaz. ¿A ti también te ha pasado? Me imagino que es una de ésas creencias que se te graban a fuego lento y que necesitan revisarse.
Para mí, lo que significa pedir ayuda ha ido cambiando con el tiempo. De vivirlo como “no puedo hacerlo sola” a vivirlo como un reconocimiento de mi propia vulnerabilidad, como un acto de autocuidado, de amor y de respeto hacia mí misma.
Cogiendo prestadas vuestras palabras, le añadimos matices y quizá pedir ayuda sea aprender, crecer, sentirnos capaces, fuertes y vulnerables.
Gracias por reflexionar con nosotros y añadir ésos matices que sentimos que enriquecen nuestro modo de ver el mundo 🙏🏽✨
Hoy me apetecía hablarte de ésa valentía que recorre nuestro cuerpo cuando nos sentimos vulnerables y decidimos abrirnos a lo que nos da miedo o a lo que no conocemos.
Pedir ayuda puede que también sea un acto de valentía 💛
¿Tú cómo lo ves? ¿Y cómo lo vives?
Si te apetece contarnos, nos encantará leerte ✨
